Sì, señor Oscar Arias, si algo hicimos mal en Amèrica Latina fue elegir a presidentes como Usted, Alvaro Uribe y Alan Garcìa, eso hicimos mal…
Respuestas al discurso del presidente Oscar Arias en las Cumbres de las Amèricas18 /04/ 2009
He visto que viene girando en Internet un documento titulado “algo hicimos mal”que hace alusiòn a las palabras del presidente de Costa Rica, el señor Oscar Arias quièn en su discurso del dìa 18 de abril 2009, dice tener“la impresiòn” de que cada vez que los paìses caribeños y latinos se reunen es para echar la culpa de sus males a Estados Unidos. Mientras que èl tiene esa impresiòn me permito decir que yo tengo la plena convicciòn que èl en este discurso no hace màs que vergonzos apologìa al imperialismo norteamericano y minimiza a los pueblos latinoamericanos.
Paso a explicar algunas consideraciones que me permiten afirmar aquello.
El presidente Arias dice:
… “No podemos olvidar que América Latina tuvo universidades antes de que Estados Unidos creara Harvard y William & Mary, que son las primeras universidades de ese país”...
Sobre las universidades, el problema no es que Amèrica Latina haya tenido las primeras universidades antes que Estados Unidos de Norteamèrica, màs aùn debemos recordar que en ese entonces èstas se constituyeron como corporaciones semi-eclesiásticas cerradas(jesuitas, dominicos, franciscanos, carmelitas, agustinos) cuyos criterios de pertenencia, contenidos y metodología de la enseñanza eran estrictamente reglamentados y permanecieron sin cambios casi por dos siglos, estamos hablando aproximadamente de 1551 con la Universidad de San Marcos que fue la primera en obtener cédula real. Cuando todavìa en èsta se enseñaba que la tierra era el centro del universo, y por allì otros decìa que la tierra era cuadrada.
El problema es saber lo que enseñaba en aquellas universidades, quiènes implementaban el sistema curricular, al servicio de quiènes se encontraban la educaciòn? què es lo que querìan las clases dominantes que se sabiera? Considero en este caso que el problema fue y serà siempre el nìvel de formaciòn de las clases dominantes y no las limitaciones del pueblo, esto son vestigios evidentes de colonialidad.
...“No podemos olvidar que en este continente, como en el mundo entero, por lo menos hasta 1750 todos los americanos eran más o menos iguales: todos eran pobres”…
Es completamente inexacto y absurdo afirmar tamañas cosas, eso es negar la existencia de clases sociales, es negar que existìan esclavos y las luchas del pueblo negro, es negar las 13 colonias. Recordemos en aquel momento que el voto estaba restringido a los terratenientes varones blancos, es negar que los Indios Iroqueses y Chiroques han existido, es quitar el piso a la gesta y al proceso revolucionario de George Washington, Jefferson, Lincoln, etc. En otras palabras es tratar de negar la historia. En una sociedad dividida en clases no todos son igualeso o màs menos pobres. O es que quizàs, en el discurso del premio Nòbel, no se les deja espacio a los indios Navajos, verdaderos norteamericanos y a los negros verdaderos productores de riqueza de ese momento para que se les puede considerar nortemericanos, porque ellos eran extremadamente xplotados, y por ende sumamente pobre. .
“Latinoamérica no tuvo un John Winthrop español, ni portugués, que viniera con la Biblia en su mano dispuesto a construir “una Ciudad sobre una Colina”, una ciudad que brillara, como fue la pretensión de los peregrinos”
Sobre la biblia en la mano... recuerde usted que vino al Perù, desde Espana, un cuidador de chanchos (Francisco Pizarro) y un cura (Hernando de Luque) uno con la espada del feudalismo y el otro con la biblia del oscurantismo en nombre de Dios asesinaron a Atahualpa e iniciaron asì el mayor genocidio ètnico de nuestra historia. Esto no es responsabilidad de Amèrica Latina, nosotros no los esperàbamos, ni menos los habìamos escogido, es un hecho, es una casualidad històrica.
…”Cuando aparece la Revolución Industrial en Inglaterra, otros países se montan en ese vagón: Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda… y así la Revolución Industrial pasó porAmérica Latina como un cometa, y no nos dimos cuenta. Ciertamente perdimos la oportunidad”…
El problema es que en Amèrica Latina la burguesìa incipiente fue incapaz de desarrollarse, por su mismo estadìo, no desarrollò fuerzas productivas como en otros continentes, por lo tanto la llamada revoluciòn industrial llegò y no se desarrollò hasta despuès de mucho tiempo, si no que se quedò oxidàndose en aquella novedad . Tanto esto fue lo que necesitaban las potencias capitalistas de aquel momento, ellos no querìan màs competencias y necesitaban hacer girar sus productos en funciòn de sus necesidades y no en funciòn de las necesidades de nuestro continente. Considero màs que perder la oportunidad, fue que no se le diò la oportunidad de crecer, y no es que se fue como un cometa sino que se atascò en el tiempo de la incapacidad creadora del capitalismo burocratico, en ese entonces de caracter extractivo màs que productivo.
“Yo me pregunto: ¿quién es elenemigo nuestro? El enemigo nuestro, presidente Correa, de esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas.”
El solo enunciar nuestras limitaciones y problemas no es solucionarlos, es como sustentar que si somos asì, es porque queremos serlo. No somos pobres, si no empobrecidos, nuestras mujeres no han nacido prostitutas, si no que han sido prostituidas por el mismo sistema, aquel que usted sublimente lo defiende.
Es estùpido decir que no es responsabilidad de nadie, què somos, piedras àrboles? Señor presidente somos componentes de diversas clases sociales y justamente las clases dominantes, son aquellas que generantodo un sistema econòmico, polìtico, escolastico y universitario, el cual no nos permiten avanzar como pueblo, porque es aquello que les conviene a estas clases. Les interesa que el pueblo sea ignorante, no conozca sus derechos, no se organice, no valore su potencial y sobre todo no luche, ustedes como clases dirigentes son los culpables del nìvel formativo y no el pueblo.
“En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico queun ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 ó 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra.”
Que Estados Unidos de Norteamèrica sea màs rico no es culpa nuestra senor Arias, pero sì es responsabilidad de aquellos que firman y defienden los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos y potencias imperialistas en desmedro de los intereses de los pueblos latinoamericanos, es responsabilidad de aquellos que hablan de “dictadura de la democracia”o del "cambio moderado", allì radica toda la real responsabilidad y no en el pueblo. Me parece increìble que se nos heche la culpa por nuestro poco crecimiento.
En sus palabras refleja la idea de que los pueblos latinaomericanos hubiesemos tomado la decisiòn de ser pobres, ser ignorantes y no desarrollarnos. Senor Oscar Arias usted a caso es sordo o ciego? usted no puede ver que Estados Unidos es el gendarme del mundo, que a travèsde su polìtica internacional desarrolla guerras de expansiòn e invasiòn, aplica condiciones econòmicas y chantajea a presidentes endebles, a caso Estados Unidos no es quien exporta el terror en todo el mundo? no asesina niños, ancianos y poblaciòn indefensa en Irak, Afganistaàn, Palestina con su còmplice Isarel?… en en què paìs vive usted? què paìs alucina usted? O es que las cantidades ingentes de drogas que consume Estados Unidos le generan efectos alucinògenos para sustentar “que algo hicimos mal” y no entender que desde siempre y permanentemente el paìs de Bush repite sus estrategias de dominaciòn en relaciòn a los pueblos de Amèrica Latina.
El problema de America Latina y la alta tasa de pobreza, no es porque nosotros somos brutos, indios o ignorantes, eso es lo que siempre nos han dicho las clases dominantes. El problema es que existe un sistema que gobierna aplicando el liberalismo, hoy oprime, explota y reprime a los trabajadores. Esa es la causa estructural que genera diversas consecuencias en la superestructura..
Existe clases sociales dominantes, las mismas que lo encumbraron a usted como presidente y aplican todo su poder para que las cosas no cambien o es que usted no se da cuenta?….
No basta en relatar nuestros problemas, tenemos que denunciar y combatirlas causas que lo generan. Y eso usted no lo hace en su discurso ni siquiera lo insinua. Al contrario ingenuamente nos dice que no es culpa de nadie… que estùpidez màs grande, escuchar esto de un estadista.
El problema no solo es cultural. No entiende que las universidades lo controlan ustedes, a caso es tan miope su visiòn contextual. El problema es econòmico las clases dominantes necesitan de instrumentos como la instruccciòn, televisiòn, periòdicos, radios y otros para que las cosas continuen asì.
Usted que ha sido nombrado premio Nóbel de la paz debe entender que la paz verdadera de los pueblos no es aquella en la cual el trabajador explotado debe permanecer siempre cabizbajo, callado y aceptar todo lo que el capitalista le dice sin reclamar sus derechos. No, absolutamente no. La paz es aquella que se basa en la justicia social y no en mantener el estado injusto de cosas donde reina la explotaciòn inmisericorde de las transnacionales. Esta verdadera paz se anida y desarrolla en la toma de conciencia y en la voluntad de los pueblos de no permitir màs abusos, lo otro serìan como cantos de sirenas o quizàs como cacareos de gallina vieja, tanto rumor para nada... La paz no se construye con discursos de intelectuales, tampoco con fundaciones y menos con demagogia. La paz se construye con luchas.
El Muro de Berlin ha caìdo, menos mal, era necesarìsimo su caìda y saludable para el mundo entero. Pero usted no se da cuenta o no quiere aceptar que el liberalismo, el capitalismo y el imperialismo le estan siguiendo pasos al Muro, incluso en China y paìses asiaticos que usted halaga tendran su hora, el mismo sistema generà su contradicciòn, obviamente que es todo un proceso.
Como manifestè lìneas arriba parece que el presidente Oscar Arias fuese ciego y sordo, porque no està viendo como se cae el liberalismo y todo el rumor que hacen estas exitosas estructuras de “calidad y excelencia” en la Bolsa de Valores. Es indiscutibile que estamos pasando una de las crisis màs agudas del capitalismo.
En cuanto al “ismo”, me parece que sus apreciaciones involontariamente reflejan igualmente un “ismo”; quizàs caerìa muy bien “infantilismo”, por la falsa ingenuidad de sus apreciaciones .
No podemos olvidar el bloque econòmico a esos niños, ancianos, mujeres y hombres del pueblo Cubano, no podemos olvidar todas las guerras imperialistas de invasiòn. No podemos olvidar que no denunciar y desenmascarar estos atropellos es convertirnos en còmplices, esto es lo que hemos venido haciendo mal al callar servilmente y no gritar, teniendo quizàs la actitud cobarde de no decir basta!
Sì, señor Oscar Arias, si algo hicimos mal en Amèrica Latina fue elegir a presidentes como Usted, Alvaro Uribe y Alan Garcìa, eso hicimos mal…
abajo transcribo la copia del discurso del presidente de Costa Rica.
Palabras del presidente Óscar Arias en la Cumbre de las Américas
Trinidad y Tobago 18 de abril del 2009
Tengo la impresión de que cada vez que los países caribeños y latinoamericanos se reúnen con el presidente de los Estados Unidos de América, es para pedirle cosas o para reclamarle cosas. Casi siempre, es para culpar a Estados Unidos de nuestros males pasados, presentes y futuros.
No creo que eso sea del todo justo. No podemos olvidar que América Latina tuvo universidades antes de que Estados Unidos creara Harvard y William & Mary, que son las primeras universidades de ese país. No podemos olvidar que en este continente, como en el mundo entero, por lo menos hasta 1750 todos los americanos eran más o menos iguales: todos eran pobres.
Cuando aparece la Revolución Industrial en Inglaterra, otros países se montan en ese vagón: Alemania, Francia, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda… y así la Revolución Industrial pasó por América Latina como un cometa, y no nos dimos cuenta. Ciertamente perdimos la oportunidad.
También hay una diferencia muy grande. Leyendo la historia de América Latina, comparada con la historia de Estados Unidos, uno comprende que Latinoamérica no tuvo un John Winthrop español, ni portugués, que viniera con la Biblia en su mano dispuesto a construir “una Ciudad sobre una Colina”, una ciudad que brillara, como fue la pretensión de los peregrinos que llegaron a Estados Unidos.
Hace 50 años, México era más rico que Portugal. En 1950, un país como Brasil tenía un ingreso per cápita más elevado que el de Corea del Sur. Hace 60 años, Honduras tenía más riqueza per cápita que Singapur, y hoy Singapur –en cuestión de 35 ó 40 años– es un país con $40.000 de ingreso anual por habitante. Bueno, algo hicimos mal los latinoamericanos.
¿Qué hicimos mal? No puedo enumerar todas las cosas que hemos hecho mal.
Para comenzar, tenemos una escolaridad de 7 años. Esa es la escolaridad promedio de América Latina y no es el caso de la mayoría de los países asiáticos. Ciertamente no es el caso de países como Estados Unidos y Canadá, con la mejor educación del mundo, similar a la de los europeos. De cada 10 estudiantes que ingresan a la secundaria en América Latina, en algunos países solo uno termina esa secundaria. Hay países que tienen una mortalidad infantil de 50 niños por cada mil, cuando el promedio en los países asiáticos más avanzados es de 8, 9 ó 10.
Nosotros tenemos países donde la carga tributaria es del 12% del producto interno bruto, y no es responsabilidad de nadie, excepto la nuestra, que no le cobremos dinero a la gente más rica de nuestros países. Nadie tiene la culpa de eso, excepto nosotros mismos.
En 1950, cada ciudadano norteamericano era cuatro veces más rico que un ciudadano latinoamericano. Hoy en día, un ciudadano norteamericano es 10, 15 ó 20 veces más rico que un latinoamericano. Eso no es culpa de Estados Unidos, es culpa nuestra.
En mi intervención de esta mañana, me referí a un hecho que para mí es grotesco, y que lo único que demuestra es que el sistema de valores del siglo XX, que parece ser el que estamos poniendo en práctica también en el siglo XXI, es un sistema de valores equivocado. Porque no puede ser que el mundo rico dedique 100.000 millones de dólares para aliviar la pobreza del 80% de la población del mundo –en un planeta que tiene 2.500 millones de seres humanos con un ingreso de $2 por día– y que gaste 13 veces más ($1.300.000. 000.000) en armas y soldados.
Como lo dije esta mañana, no puede ser que América Latina se gaste $50.000 millones en armas y soldados. Yo me pregunto: ¿quién es el enemigo nuestro? El enemigo nuestro, presidente Correa, de esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos
dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medio ambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas.
Uno va a una universidad latinoamericana y todavía parece que estamos en los sesenta, setenta u ochenta. Parece que se nos olvidó que el 9 de noviembre de 1989 pasó algo muy importante, al caer el Muro de Berlín, y que el mundo cambió. Tenemos que aceptar que este es un mundo distinto, y en eso francamente pienso que todos los académicos, que toda la gente de pensamiento, que todos los economistas, que todos los historiadores, casi que coinciden en que el siglo XXI es el siglo de los asiáticos, no de los latinoamericanos. Y yo, lamentablemente, coincido con ellos. Porque mientras nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías, seguimos discutiendo sobre todos los “ismos” (¿cuál es el mejor? capitalismo, socialismo, comunismo, liberalismo, neoliberalismo, socialcristianismo. ..), los asiáticos encontraron un “ismo” muy realista para el siglo XXI y el final del siglo XX, que es el pragmatismo. Para sólo citar un ejemplo, recordemos que cuando Deng Xiaoping visitó Singapur y Corea del Sur, después de haberse dado cuenta de que sus propios vecinos se estaban enriqueciendo de una manera muy acelerada, regresó a Pekín y dijo a los viejos camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Larga Marcha : “Bueno, la verdad, queridos camaradas, es que mí no me importa si el gato es blanco o negro, lo único que me interesa es que cace ratones”. Y si hubiera estado vivo Mao, se hubiera muerto de nuevo cuando dijo que “la verdad es que enriquecerse es glorioso ”. Y mientras los chinos hacen esto, y desde el 79 a hoy crecen a un 11%, 12% o 13%, y han sacado a 300 millones de habitantes de la pobreza, nosotros seguimos discutiendo sobre ideologías que tuvimos que haber enterrado hace mucho tiempo atrás.
La buena noticia es que esto lo logró Deng Xioping cuando tenía 74 años. Viendo alrededor, queridos Presidentes, no veo a nadie que esté cerca de los 74 años. Por eso solo les pido que no esperemos a cumplirlos para hacer los cambios que tenemos que hacer.